“Soy adoptado, tenía 32 años cuando me enteré a través de un hijo de su madre y no sé por qué motivo me contó la historia de mi vida. Después hablé con mis padres, que hasta ese tiempo pensaba que eran biológicos, y me lo confirmaron. Estimo que es una familia pudiente y a ellos no les convenía sumar gente. Mis padres no me la habían dicho porque tenían miedo de mi reacción. Lo lamentaba por ellos, más que por mí, porque vivieron una mentira mucho tiempo. Los entiendo, era la provincia de Corrientes, muy conservadora y era muy difícil el qué dirán. Fui a la justicia electoral, busqué en los padrones y encontré a mis familiares. Mi mamá biológica vive en Avellaneda, tuve contacto con ella, mis hermanos y fue muy movilizante. El otro día me ponía a pensar en el nieto recuperado de Estela de Carlotto y me gustaría que lo dejaran tranquilo, porque es muy fuerte el cambio”.