Cuando analiza este momento se da cuenta que hay que estar tranquilo porque Óscar ha hecho su vida. Fue un compañero consultado por los dirigentes. Dió su vida al movimiento obrero, a lo que pensaba.
Siempre tuvo esa personalidad que lo destaco, hizo que los temas que planteara sean de debate. Siempre fue fiel a sus convicciones.
El sufrió un tumor cerebral que tuvo un desenlace muy rápido. La última reunión que tuvo fue en su casa, con Massa y dirigentes y ahí ya había perdido parte de su movilidad. Ya se lo notaba nervioso por la situación que estaba atravesando. Sabíamos que esto era posible que sucediera en estos días.
Fue una persona que dedico su vida, a lo que él creía que debía hacerlo, a sus principios a su organización y a todo el movimiento obrero.
El tiempo que recorrí al lado de el siempre fue muy valioso, siempre tenía el consejo justo, el acto de afecto permanente.