“Después de trabajar 15 años en Tribunales metiendo a mucha gente presa, me fui acercando a las cárceles al encontrarme caras muy tristes en los penales”.

“Al director del penal le dije que me gustaría enseñarle a los presos el deporte que hice toda mi vida que es el rugby”.

“La gente no cree en ayudar al preso. Hay que hacerlo para ayudarnos a nosotros mismos porque salen con mucho resentimiento y lo único que saben hacer es robar con armas”.

“Hay que cambiarle la forma de pensar a los que se han equivocado feo”.

“Yo descubrí gente maravillosa en la cárcel cuando se dieron cuenta que eran valiosos”.

“El rugby ha disminuido el nivel de reincidencia entre las personas presas que jugaron”.

“Me encantaría que la sociedad entienda que al ayudarlos nos ayudamos nosotros”.

“Los que salen lo hacen con la cabeza limpia y con ganas de laburar”.

“Entrenamos todos los martes a las nueve y media de la mañana en el penal 48 de San Martín”.