“Somos seis amigos que íbamos a comer después de jugar al básquet y decidimos armar el antigourmet, hacer un poco de humor con lo que vivimos. El bodegón tiene tradición por la comida de la abuela y no te arrancan la cabeza. Un día fuimos a comer a Palermo y nos rompieron la cabeza con unas papas rústicas. Entonces decidimos fundar antigourmet, la gente se enganchó y tenemos un programa de radio”.
“Las tres reglas que seguimos son: la calidad, la atención y la abundancia. Uno no discute lo que cocina un chef pero sí la abundancia y el precio”.
“Si una chica te acepta ir al bodegón te tenés que casar”.