La familia luego de hacer distintas consultas donde no le encontraron solución, la hija de 12 años confiesa que en un pijama party sus compañeras habían jugado al juego de la copa. La versión dice que la niña tendría inconvenientes en su modo de vida, que ya roza lo paranormal. Cuando notan que ella quiere matar a los primos, siente que tiene alguien adentro, la familia sostiene que a la joven se le hinchan la panza y los brazos. 

Cuando le preguntan cómo se llama, nombra a una persona ya fallecida hace diez años atrás. Si bien no hablan de quién es esa persona, apuntan a que sea un familiar de una de las nenas que sí jugó al juego de la copa.

Evidentemente esta nena necesita una ayuda de un profesional. La familia se dirigió al santuario de San Nicolás y lo atendieron dos padres, quienes notaron un comportamiento irregular. Al parecer, no sería un problema de posesión, sino solamente de salud.

Cuando la menor va al santuario, prácticamente no quería ingresar y se necesitaron siete u ocho personas para obligarla a entrar. Se negó a entrar a la Iglesia y también, a tomar un vaso de agua bendita.