En este caso, son ondas de baja intensidad que se aplica en la estructura del pene que mejora la circulación. Se apoya sobre el pene el cabezal y las ondas generan una acción del mismo. La realidad es que la primera línea de tratamiento es oral. Si el paciente no responde a esta terapia, pasa a una etapa de micro inyecciones peneanas.
Estas drogas han demostrado en el tiempo que son seguras. Si uno no tiene disfunción eréctil, no va a sentir una diferencia. Más allá de que el fármaco sea seguro, siempre es bueno que algún médico lo asesore.
Nosotros publicamos un trabajo hace unos años y encontramos que el 25% de los jóvenes entre 18 y 25 años habían probado el Viagra.