“Hay un desfasaje de cómo se reformuló este tributo. Todo se hace desde un perfil recaudatorio y no desde un tributo que grava los salarios de altos ingresos. Se deja de lado la anualización del impuesto y se pasa a ver cuánto cobra mensualmente. La gente que cobró sueldo y vacaciones en este año en algún momento va a estar complicado. Es bueno que se haya modificado, que se haya corrido, pero tendría que haber sido de otra manera, sin topes arbitrarios. Lo malo que en medio de un proceso inflacionario se haya eludido de poner una clausula de actualización. Este oportunismo de modificarlo en medio de las elecciones nos hace ver que al no tener una claúsula de actualización, los problemas van a venir dentro de unos meses. Dentro de seis meses tenemos de vuelta el mismo debate. Va a seguir lo mismo de lo que está siendo ahora. Sectores del movimiento obrero presionando, otros gestionando, y el cerrojo del gobierno de ni siquiera recibir opiniones. Fue imprescindible durante el 2012. Estuvimos 18 meses sin que se modifiquen estos valores. Esto tiene que ver con el resultado del 11 de Agosto y que se va a ampliar la diferencia a favor del Frente Renovador en Octubre. El debate parlamentario hubiese tenido el razonamiento de aplicar una claúsula de actualización. No puede ser que el Poder Ejecutivo en un proceso inflacionario quede con la potestad de cuándo modifica un tributo. Es la cuestión de financiar o no al Estado.”